jueves, marzo 26, 2009

El pueblo oceánico de Sagua La Grande

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COMO SE FORMA ESTE BARRIO MARITIMO DE SAGUA LA GRANDE

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Para estudiar la evolución que tuvieron las casas en El Esquivel, hemos escogido a la de la familia Bienes que muestra de forma significativa la metamorfosis urbana que iba adquieriendo el cayo entre las décadas de 1940 y 1950.


En la foto: un grupo de vacacionistas exhibiendo sus habilidades gimnásticas en Cayo Esquivel-1926.


Antes de haber casas, las familias acampaban en lo que podían. Esta foto debe ser aproximadamente 1936, mostrando a la familia del Dr. Alberto Bienes, acampando bajo un toldo improvisado.


En la foto: De Iz/Dr: Margot y su esposo Joaquín Ballester, otra persona no identificada, el Dr. Bienes, su esposa Lola y su pequeña Loly.


La primera casa de la familia Bienes fue llevada al Esquivel a finales de los 30 o principio de los 40.


En realidad fueron dos casetas de la antigua playa del Casino Español en Punta Gorda, Isabela, desarmadas en paneles llevadas al Esquivel y armadas nuevamente juntas una al lado de la otra para formar una más grande.

Como se nota en la foto hay dos ventanas y una puerta con un diseño a un lado y las del otro lado son diferentes.


En la foto (Med.1940), Iz/Dr: Maggie Bertrán, Alex Bienes), Lola, Loly, Margot al fondo, y al final el Dr Alberto Bienes. Amparo asomada en una ventana.


La primera remodelación se le hace aproximadamente a finales los años cuarentas, como se muestra en esta foto, donde se nota como se construyó un nuevo portal más amplio y con las sillas de extensión (De lona, divinas para una siesta) y se mejoró un poco la casa por atrás.

Todas las casitas del cayo comenzaban a solidificarse por esta época, pasando de simples casetas portátiles a casas fijas, más prácticas, sólidas al agreste medio de tormentas y embellecidas en la sana competencia de unas contra otras.

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Segunda remodelación.
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A principios de los 50's se hace toda la parte de atrás nueva, con nueva cocina, un cuarto adicional, baño completo y un portal lateral hacia el lado de la glorieta.
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Se usan paneles de fibrocem, para paredes y techo.Y piso de cemento en la nueva área.


En la foto: Alex Bienes con su tío Joaquín.
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Segunda remodelación, vista por atrás.



Nuevo tanque elevado de fibrocem para agua de CASIMBA (nombre dado a pozo hecho en la arena que por filtración de la arena daba agua salobre), casi potable y que hacía espuma con el jabón.


Se utilizaba para baños y fregar. Al lado habíaun tanque de concreto semi-enterrado en la arena y otrode hierro elevado para almacenar el agua lluvia utilizada para cocinar y tomar.


En la foto(Iz/Dr:la segunda) Loly con algunas amigas.
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Tercera remodelación y última.
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Quedó solamente de pié lo hecho en la segunda remodelación, se hizo una nueva sección de dos pisos.

El segundo piso con dos habitaciones ampliasy un portal.


Abajo un comedor y salón.Todo el material fue fibrocem.

En la foto: Vista del Este(Poste del alumbrado en esquina)
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Y así de impresionante iba mostrándose el balneario sagüero de Cayo Esquivel ante los cubanos y el mundo que de vez en cuando emitían su nota de prensa en favor de este paraíso perdido entre los cayos de los Jardines del Rey, muy poco le faltaba para convertirse en una ciudad oceánica.


En 1962 los bulldosers arrasaron con cada una de las casitas que de forma natural e individual habían formado uno de los mejores resortes de Cuba.

El islote quedó abandonado y solitario como en los tiempos de Calico Jack.








No fue un huracán lo que borró nuestro paraíso.

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Más detalles en el Website de Cayo Esquivel:






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ARCHIVO SABANEQUE
1970-2009
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domingo, marzo 15, 2009

Anclas y Arena

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Por: Gilberto Rodríguez
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Era yo muy chico aun cuando comencé a soñar con el espacio que se perdia de vista allá por los horizontes. Y me paseaba por las orillas del mar recogiendo "conchas" y caracoles para regalar. A veces, mientras mi padre realizaba sus labores en los almacenes de García, yo iba con el hasta la puerta y, con más inquietud que alas, me encaminaba hacia el punto más saliente hacia el este del pueblo. Pasaba por la casa de Juanillo el Isleno y más allá estaba el amplio arenal de La Punta. Una especie de delta, de juez mediador, con su larga extensión de estacas alineadas a lo largo de decenas de metros desde la orilla hasta donde ya las aguas eran navegables, pareciera ser aquel límite de los adioses, entre la salada bahía y las mezcladas aguas dulces quebajaban por la desembocadura del río, en busca del amplio mar, por Casablanca.

Allí, en La Punta, solia haber una rica acumulación de ostras blancas, sepia, violetas, multicolor y forma física capaz de satisfacer a cualquier coleccionista hawiiano. Crujían, crujian, crujían, como crujen los ejes de la viejas carretas solo que con chirriar de gaviotas.
Yo era el chico aquel que cantaba en voz baja mientras revolvía el arena con los pies y merodeaba alrededor del ancla solitaria.


En la isla de El Salvador, punto saliente de Las Islas Bahamas hacia el Este, hay sobre las arenas una vieja cruz de hierro que marca el primer punto de el Nuevo Continente que Colón pisara, tras su larga navegacióny su afortunado encuentro con las gaviotas. Tal vez nadie lo planeo así; es muy posible que fuera solo una casualidad...o una honrosa tradición marinera. No lo se. Tampoco se quien planto el ancla en nuestro arenal, pero hay una similitud de posiciones que llama a pensar y a discurrir. Pero lo cierto es que aquella ancla, erguida sobre sus ganchos, y semi recostada a su pendular cruz, una de esas plegables, debía haber estadobajo el agua por mucho tiempo. Las cicatrices en su brazo estaban selladas por cascos de ostras disecadas por el tiempo, y sus rojo color de herrumbre contrastaba con la blancura resaltante de esas ostras.

Yo la tocaba. Con amor la tocaba mientras la curiosidad me llevaba a hacerle preguntas. "¿Donde has estado?" "¿Qué otros mundos hay más allá de Cayo Cristo?" "¿Como lucen las sirenas del Mediterráneo cuando cantan nadando por las agua de Grecia?". Y aunque a veces me saqué alguna gota de sangre de las manos al acariciar la querida ancla, no me quejé jamás, por que compartía con ella el afán de distancias, la cita con las soledades, la visión del "allá". Y un día pregunté...

"¿De donde salió esa ancla?"

"De un velero muy grande que se perdió en una tormenta hace mucho tiempo."

"¿Y, como llegó hasta aquí?"

"Un buzo isabelino la rescató y por monumento a los que en mar quedaron, y queden en el futuro...

"No escuche el resto. Me alejé llorando en silencio, a unos pasos de distancia. Recogi uno cobos bien rosados, como una docena recogi. Después llevé uno a uno los vacíos y hermosos caracoles y los puse contra los puntas del ancla como formando entre un círculo y un corazón en el arena. Lloré más aun...y mojé con mi rostro pegado al duro herraje las herrumbrosas ostras y moluscos.

Miré hacia la boca del río, en dirección oeste, luego me volví a mirar hacia los muellas, por el noroeste....Chalanas, goletas, yates, vapores, acaso anclas futuras para plantar en algún puerto lejano, oaventureras velas que un día se hincharán para salir en un viaje de cuento de hadas...Madres sin hijos, esposas...

Me dejé caer al pié del ancla. Pense en los marinos que nunca llegaron; a los veleros que mueren de vientos, y a los que quedan detrás. Me recosté a ella. Le pegue mi carita y le acaricié su brazo, como se acaricia una madre, como se hunde uno en el pecho protector de su padre.....

No se cuanto tiempo dormí, no sé. Pero por cada puerto que pasé durante mi vida en el mar, quise buscarel ancla solitaria de las puntas, que los puertos tienen puntas cuando se trata de navegantes y aventureros, y aún hoy, cuando veo por el satélite nuestra Isabela siempre miro hacia la Punta, como el que busca el aire para volver a respirar, las luz para ver, el momento para recordar.

Es la estampa que silente nos recuerda a cada instante lo frágil que es el hombre frente a la Naturaleza, y lo noble que es nuestro pueblo que se inclina ante el recuerdo de los que, por venir a él, perdieron.

El ancla de la punta es, pues, a mi ver, la cruz del que perece, y el anuncio de nuevas aventuras.Es una Estampa Isabelina.




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Historias, fotos y videos de Isabela en el Sitio:
desde 1998 en Internet
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Tomado del ARCHIVO SABANEQUE
de Pedro Suárez Tintín
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