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Un caza-submarinos cubano de madera hunde a uno de los últimos modelos de U-barcos diseñado por los alemanes.
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El 15 de Mayo de 1943 un destacamento de las fuerzas de caza-submarinos cubanos formado por un Cs-11, Cs-13 y Cs-12, navegaba de Isabela de Sagua a La Habana escoltando al buque mercante Hondureño “SS Wanks” y al cubano “SS Camagüey”, ambos con carga de azúcar de la región cañera de Sagua La Grande .
Los equipos estaban en alarma máxima, poco antes habían recibido comunicación de que un submarino alemán había sido visto al norte de Matanzas en rumbo hacia Las Villas.
Los buques mercantes navegaban a 500 yardas uno de otro ( el “Camagüey” más cercano a orilla), y la escolta viajaba a unas 750 o 1.000 yardas de distancia de estos.
En la vanguardia estaba el Cs-12, seguido por el Cs-11, que era el buque insignia, y el Cs-13 en la parte posterior del convoy. Los CS eran barcos de madera pequeños con una longitud de 83 pies, con capacidad de 45 toneladas y un equipo de 12; su velocidad máxima era de 18 nudos y fueron armados con un cañón de 20 milímetros y 8 cargas de profundidad de 325 libras. Los barcos habían sido arrendados a Cuba por el gobierno de los E.U. y las tripulaciones se habían entrenado en los Estados Unidos.
A las 17:15 horas, cuando las naves navegaban cerca del faro de Cayo Mégano (a mitad de camino entre los meridianos de Isabela de Sagua y el de Sierra Morena), un Kingfisher de la marina norteamericana voló sobre ellos.
El avión voló a baja altitud alrededor de un posible objetivo haciendo señales denunció la presencia de un submarino enemigo, por lo que el mando del destacamento de las fuerzas cazadoras ordenó al capitán del Cs-13, Mario Ramírez Delgado (alférez de fragata) explorar el área señalada en por el avión, y el equipo acústico captó el ruido a unas 900 yardas que producía el submarino en su escape, por lo que sin pérdida de tiempo lo persiguieron y le lanzaron varias cargas de profundidad que hicieron 4 grandes explosiones submarinas, la cuarta fue quizás la explosión de uno o más torpedos del submarino porque su gran potencia hizo surmergir la popa del cazador cubano inundando su sala de máquinas.
El sonido recibido por los hidrófonos los hizo interpretar que el submarino había sido alcanzado, pero para más seguridad lanzaron dos cargas más.
Después de algunos minutos un puesto de observación descubrió una mancha oscura y viscosa en el agua, además de un olor a combustible que emergía del fondo, por lo que Ramírez tomó una muestra como prueba del hundimiento del submarino para luego incorporarse de nuevo al convoy, que habían continuado su ruta. El suceso ocurrió a la altura de los 23º 21’ de latitud Norte y los 80º 18’ de longitud Oeste, al norte de Carahatas.
Por razones desconocidas el gobierno cubano decidió silenciar la acción, pero al final de la segunda guerra mundial cuando los archivos alemanes de la marina fueron capturados, se supo que el U-Barco que había estado funcionando en el área en esos días había sido el U-176, capitaneado por Kapitänleutenant Reiner Dierksen.
En 1946 Ramírez Delgado, que había sido promovido al grado del teniente Jr., fue condecorado con la medalla del mérito naval. Su éxito también fue reconocido por almirante Samuel E. Morrison, historiador oficial de la marina de los E.U. en su libro sobre las operaciones navales de los Estados Unidos en la segunda guerra mundial¸ donde también elogia la maestría y la eficacia de marineros cubanos.
El U-176 capitaneado por Reiner Dierksen (condecorado con la Cruz de Hierro por sus 11 barcos hundidos) era un submarino de la clase IXC de 1.540 toneladas, con unos 250 pies. La velocidad máxima era de 18.2 nudos en la superficie y de 7.3 nudos en surmersión. Navegaba por debajo de los 775 pies. El submarino podría cargar 22 torpedos (otras fuentes dicen 12) y 44 minas. Fue armado con un cañón y dos ametralladoras antiaéreas. Cuando fue hundido navegaban 53 hombres a bordo y ninguno sobrevivió. Este U-176 había hundido 11 naves para un tonelaje total de 53,307 toneladas entre Julio de 1942 y Mayo de 1943.
Para el final de la guerra la flota submarina alemana había perdido tres de sus cuatro naves. Era el servicio con las pérdidas más grandes.
El submarino U-176 quizás sea encontrado algún día en el fondo de nuestras aguas. El 11 de Enero de 2002, un equipo arqueológico buscando galeones españoles en esta zona, informaron que les pareció ver sus restos pero aún no existe un reporte definitivo.
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